lunes, 26 de julio de 2010

Ya terminó de llover..

Volteo a la derecha, un verde intenso me saluda del otro lado de la ventana, un aroma a lluvia exquisito, el aire de bosque inunda mis pulmones.


El cantar de un ave a lo lejos. Es un ave libre, su canto es hermoso.


No tan lejos, otra ave, ésta no es libre, por lo tanto, su canto es repetitivo, sin pausas, y despide un sonido amargo, como de dolor.


Una brisa más fuerte y las cortinas se elevan un poco.


Mis pensamientos giran y giran, en torno a lo mismo, no hay "mismo" son pensamientos al aire.


Un poco de esto, un poco de aquello.


Un recuerdo, un sueño, mil planes, unas cuantas obligaciones.


A mi lado, 4 libros reposan junto con un par de hojas.

Los libros, esperan a ser leídos, las hojas.. esperan a ser leídas también. Esperan por la lágrima que cae invariablemente al leer aquellas palabras.

Lo que contienen esos libros y aquellas hojas de papel:


Libro 1: Kioto, un libro que me regalaron hace unas 3 semanas, desde entonces no lo he podido leer. Lo intenté, pero después de quedarme absorta varias veces, pensando en otras cosas y divagando mientras "leía" el interminable prólogo, decidí que lo leeré en otro momento.


Libro 2: Una agenda de color rosa. En ella, puros pendientes, y una que otra fecha importante que recordar.


Libro 3: Un anuario viejo. Miles de fotografías de gente que en su mayoría, no representa absolutamente nada en mi vida, sin embargo, lo representan todo. Lo que soy, y lo que seré porque aunque no seamos amigos, compartimos raíces, compartimos momentos, viajes y anécdotas.


Libro 4: La Ladrona de Libros, la historia de una niña frágil, pero a la vez tan fuerte como los demás niños de su edad. Una niña amante de las palabras, inocente e inteligente.


Las hojas: Una contiene un montón de pensamientos de amigos, unos más sinceros que otros pero al final, todos buenos. Todos felices, unos recuerdan cosas, otros las desean. Amigos, todos invaluables.

La otra.. una carta, así de simple, una carta que predecía el futuro, una carta más fuerte que cualquier otra, pero a la vez tan frágil como lo que és, una simple hoja de papel.
A modo de despedida, dos firmas, tan poderosas como un gladiador, pero a la vez tan buenas y de tan noble corazón.

Con el tiempo una de estas firmas se desapareció, nunca pensamos que sería tan solo 4 meses después. La otra sigue en pie, tal vez un poco más débil, puesto que perdió lo que más quería en éste mundo, pero sigue.


Junto a mis pies, dos seres maravillosos, dos seres invaluables, dos seres sinceros y felices, creo yo. Un macho, y una hembra. Son peludos, calidos y de mirada amble.
Sobre el televisor apagado como siempre, un cuaderno, un lápiz de grafito para dibujar, un borrador de migajón y un libro; "How to draw HORSES".

Al lado, un telefono mudo y una cámara de video sin pila y sin cassette.


Mi mente empieza a divagar.. empieza a recordar.

Empiezo a sentir nuevamente tu respiración junto a mí,


Tu calor, tus brazos a mi alrededor, nuestras manos entrelazadas.

Tus manos sobre mi espalda, tu cabeza apoyada sobre mi hombro.

Aquel abrazo sin fin. Aquella sonrisa, aquellas palabras que nunca se emitieron.

Todo aquello que sentimos aquel día, vuelve de vez en cuando para atormentarme,
para dejarme pensando en ello todo el día.

La gente a nuestro alrededor y tu y yo distanciados del bullicio.

Sintiendo únicamente lo que tanto tiempo habíamos decidido no sentir.

No había palabras, no había pensamientos, solamente sentimientos.



Bleu ♥